Hoy es uno de esos días en los que todo te duele, y no hablo de un dolor físico, hablo más bien de algo que va más allá. Se trata de algo desgarrador, que me quema por dentro y rompe en pedazos el alma, hoy ha llegado el día que tanto temía, el día que toda esperanza e ilusión que aún guardaba se ha roto por completo. Ese leve destello de luz que pensaba me esperaba a la mitad del camino, se ha desvanecido antes de que pudiera mencionar la palabra whisky. Mis peores pesadillas se han revelado ante mi y me han puesto al descubierto en un frío tan despiadado que ni el mismo sol en persona me hubiera quemado de esta forma tan cruel. Esperaba en lo más profundo de mi alma que este día nunca llegaría, porque en cuánto fuera así, yo nunca volvería a ser la misma de siempre. Lo intenté, juro que lo hice, pero tal parece que ni todas las peleas internas que sostuve conmigo misma, contigo y la realidad que nos rodeaba, fueron suficientes. Hoy, se de ante mano, que él me ha olvidado. No puedo decir que es el fin para nosotros, porque toda historia tiene que haber primero comenzado para poder concluir y no puedo asegurar que la de nosotros un día hubo si quiera empezado en algo, tampoco puedo afirmar que hoy se haya cerrado este "capítulo" - como tú un día lo llamaste -, porque quizás lo cerraste ya tiempo atrás sin que yo me diera cuenta, para que digiriera este dolor lentamente y se fueran consumiendo poco a poco mis fuerzas de luchar ante el inminente final. Espero que algún día encuentre lo que sea que esté buscando y que ella llene ese vacío que yo nunca pude llenar. Me siento muy tonta en realidad, hay veces que lo tengo todo el día en la cabeza, incluso me paro en el teléfono público para llamarle, saber como está y cómo se encuentra, pero a mitad del número me acobardo, no tengo el valor de hacerlo y cuelgo. Pero hay otros días, en los que no cruza por mi mente su recuerdo, esos días estoy en paz. Esta noche dormiré acompañada de demonios. Demonios que me susurraban por las noches que éste día llegaría tarde o temprano, yo nunca les quise creer, me aferraba a la idea de que no podía ser verdad. Sé de ante mano que me torturaran entre las sombras de mis recuerdos repitiendo en un susurro uniforme "te dijimos, te advertimos, que un día él se olvidaría por completo de ti".
Veronika Green.,
