martes, 1 de mayo de 2012

Quemando Contratos.,

11/03/12

Sí, tal vez  he sido muy cobarde estos últimos años. No sé exactamente de donde salió tanta inseguridad, que hizo que naciera en mi este miedo tan profundo de decir lo que pienso.
Oprimí mis sentimientos para expresar lo que quiero bajo el oscuro velo de la pluma & he escondido mis palabras para que solo ojos desconocidos pudieran adentrarse en mis pensamientos.

Llegue al punto en el que levante en mi mente trastornada un muro imaginario impenetrable a todos aquellos que intenten si quiera hablar conmigo, una burbuja que me aísla de la sociedad a la que tanto tengo miedo.

¿Y de qué sirvieron tantos escudos en el pasado? Si de todas formas hicieron polvo todas esas viejas fantasías & exprimieron hasta la última gota de cordura que tenía.


A veces, cuando miro a mi alrededor, ya no me siento viva en lo absoluto ¿qué clase de rumbo llevo? ¿soy como el comensal invisible en un restaurante fantasma?
Es como si ya no encajara en ningún lugar, todos estos años en los que me mantuve alejada de todo aquello que podría hacerme daño -y que a fin de cuentas me lastimó 10 veces peor que el filo despiadado de una espada- han hecho que olvidara como interactuar con el mundo real. 
Al parecer abracé con demasiado afecto mi soledad, al punto en el que se convirtió en mi más fiel compañera.

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